Hay veces que las imágenes que imprimimos no se parecen a los colores que vemos en pantalla, tanto como si son textos como si son imágenes. Esto puede ser por varios factores que explicamos en este post.
Cabezales sucios.
Ésta es una de las razones principales por la que las impresoras suelen dar más fallos en las impresiones. En este caso, si tus impresiones tienen imágenes o estás sacando fotografías y, por ejemplo, el inyector del cyan está atascado, no pasa la tinta y los colores que hay en la imagen digital no serán los mismos que se imprimen, porque se le impide el paso a ese color y se hace una mezcla extraña. La solución sería hacer una limpieza de cabezales.
Papel inapropiado.
Aunque parezca una tontería el utilizar un papel concreto puede modificar los colores que salen en la imagen digital. No es lo mismo imprimir una imagen en papel normal que en papel fotográfico, papel reciclado, papel de colores diferentes, etc…
Blanco y negro.
Puede que no nos hayamos dado cuenta de que tengamos seleccionada la opción de imprimir en blanco y negro.
Ajustes de calidad.
Si queremos que una imagen tenga cierta calidad, tendríamos que mirar en estos ajustes de calidad de imagen para que salga la imagen lo más parecida a la imagen digital. No es lo mismo seleccionar “borrador” que “calidad óptima”, por ejemplo.
Otra opción que no viene de forma directa de la impresora es la calibración del monitor o el perfil de color del monitor. En éste último supuesto, no es lo mismo imprimir en CMYK que en RGB, por ejemplo.
Esperamos que éste post os haya despejado dudas y os haya ayudado.
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