Seguramente habrás oído hablar de los inyectores de tinta de los cartuchos o de las impresoras. En este post hablamos de ellos.
Cuando hablamos de inyectores nos referimos a unos conductos microfinos que están integrados en la mayoría de impresoras y en algunos cartuchos (dependiendo modelos) y que expulsan gotas de tinta en tamaños milimétricos que acaban inyectándose en el papel generando la impresión que se envió a la impresora.
Los inyectores son componentes mecánicos que requieren un mantenimiento especial y son más propensos a deteriorarse con el tiempo y el uso excesivo.
Los inyectores están en lo que se llama “cabezal” y nos los podemos encontrar tanto dentro de las impresoras, como pueden ser en las EPSON o las BROTHER, o en el propio cartucho, como pueden ser la mayoría de modelos de CANON o HP.
Cabezal incorporado en la impresora
Cartucho con cabezal incorporado
Para un buen mantenimiento de los inyectores, sobre todo en impresoras con los cabezales y los inyectores incorporados, es importante hacer impresiones cada dos o tres semanas como mucho para que no se quede obstruida la tinta en su interior.
También conviene no hacer impresiones en las que los inyectores acaben sobrecalentándose, ya sea por varias impresiones de imágenes de alta calidad, o por un número de páginas elevado de forma constante.
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